A finales de Marzo desde Expansión y Empleo me invitaron a participar en un artículo dedicado al nuevo escenario de los procesos de selección. Espero que sea de utilidad compartir dicho contenido en mi blog.
¿Cuáles son las preguntas que a partir de ahora plantearán los head hunters en una entrevista de trabajo?
Todas aquellas preguntas enfocadas al chequeo de la parte técnica “perfil duro”: conocimientos, formación, herramientas, idiomas, experiencia, etc. no experimentaran cambios significativos. Es sobre las competencias, “perfil blando”, sobre las que se generará un espectro, amplio y rico y a todas luces diferente: gestión de crisis, manejo de situaciones novedosas en escenarios de incertidumbre, liderazgo para la gestión de equipos en remoto, resolución de conflictos, toma de decisión, autonomía, capacidad de respuesta, adaptación al cambio, priorización, flexibilidad, objetivos globales frente resultados individuales, creatividad, innovación, actitud socialmente responsable, válida para empleadores y empleados, empatía, generación de valor. Se abre por tanto un modelo que invita especialmente a valorar lo que podemos denominar competencias socialmente responsables.
¿Cómo se valorarán en los procesos de selección la actividad realizada durante esta situación de confinamiento?
Será un activo de importante valor en el que no se priorizará tanto el qué, como el cómo. Para los líderes de equipos de trabajo merece la pena analizar la gestión de la comunicación, las herramientas de motivación y planificación de la actividad de los colaboradores, la capacidad para ajustar las necesidades y objetivos de la empresa con el entendimiento de las situaciones socio profesionales y personales, en ocasiones muy complejas. Analizar como la confianza es delegada en los equipos cuando de forma en muchas ocasiones poco planificada e incluso sin herramientas, se ha pasado de un modelo presencialista al teletrabajo sin periodo de adaptación resultará útil para medir el liderazgo de un nuevo orden. Para los profesionales sin equipos a cargo merece la pena explorar en que medida se han adaptado a la complejidad del nuevo escenario, que tipo de iniciativas han podido llevar a cabo para aportar valor de “abajo a arriba”, la empatía 360 (superiores, pares, clientes, proveedores), la disponibilidad en contextos de poca planificación e incluso ausencia de directrices claras, la iniciativa y especialmente el espíritu constructivo. Las actividades extraprofesionales de apoyo a la comunidad supondrán un plus de importante valor y aplicación práctica en el nuevo escenario de juego profesional.
¿Qué estrategia propone para dar con la respuesta idónea?
Honestidad, rigor, realidad en las respuestas. Menos será más, ser objetivo y equilibrado, englobando nuestras aportaciones desde el nosotros y no desde el yo en las respuestas. Extra”vender” nuestra aportación profesional o a la comunidad, sacando un rédito en términos de imagen jugará en contra de nuestra reputación profesional y personal. Sin embargo, presentar ideas novedosas que se hayan puesto en práctica y que tengan utilidad en todos nuestros ámbitos de relación y que además, sean “demostrables” aportarán un plus de credibilidad a nuestro perfil.
¿Qué aspectos de las capacidades, habilidades y conocimientos conviene cuidar?
Es una excelente oportunidad para analizar carencias formativas y dedicar un tiempo a la adquisición y mejora de aquellos conocimientos que mejoren nuestra empleabilidad y/o la competitividad de nuestras empresas, aprovechando la amplia oferta que encontramos en los canales digitales. Ser creativos será una necesidad, en algunos casos cuestión de supervivencia para reconstruir el modelo de servicios, productos, canales de venta de nuestro negocio tras el Tsunami del COVID-19. Ejecutar un plan de acción estratégico, operativo que juegue con distintos plazos y escenarios será vital para empresas y profesionales. Analizar la información con sentido de la oportunidad, planificar distintos escenarios de respuesta será básico para anticiparnos. La previsión y proactividad frente a un modelo reactivo nos dará ventajas competitivas. También supone la oportunidad de entregar nuestros conocimientos más útiles a nuestra comunidad profesional y/o social, eso sí, sin tratar de conseguir un “superhabit” reputacional que mal gestionado incidirá de forma negativa en nuestra imagen. Comunicar de forma constructiva y socialmente responsable será clave.
Este parón supone una recesión económica sin precedentes. ¿Qué respuesta cree que es la más adecuada cuando se negocie el sueldo? ¿Son los estudios de salariales previos a esta crisis una referencia o cree conveniente recurrir a otras fuentes?
Lo que hace 20 días tenía un valor, hoy no lo tiene. Los cimientos del orden global están en crisis y se establecerá un nuevo modelo en nuestras relaciones sociales, profesionales y personales. Por tanto, las referencias que antes lo eran se verán impactadas por el nuevo escenario, creando uno nuevo, que será el marco de actuación. La negociación salarial será un espacio impactado por si situación macro, pero también por las circunstancias particulares de cada profesional. El sector, estar en activo o en transición y la demanda de nuestro perfil seguirán jugando un papel clave, pero más allá de la oferta y la demanda podemos avistar un escenario en el que quizá, por primera vez, se anticipen otros modelos de retribución, con iniciativas de salarios socialmente responsables. La referencia salarial podría por tanto estar alineada con la contribución del individuo, su área, los resultados de su empresa y el factor país.
¿Qué perfiles pueden salir reforzados de esta crisis?
Todos. Todos los que sean capaces de convertir la situación en una oportunidad de mejora, todos los que sean capaces de analizarse sin las excusas que el COVID-19 dinamitó. Todos los que no se atrincheren en las circunstancias, la situación de mercado, su jefe, su equipo, su sector, su producto. El momento nos está llevando de lo individual a lo colectivo, nos habla de solidaridad, de capacidad de respuesta, de coherencia, de fortaleza emocional, de espíritu constructivo. Todos aquellos que entiendan que hay un nuevo orden y que estas son las competencias profesionales que el COVID-19 desarrolló, saldrán muy reforzados de esta crisis.
