Trascribimos en el presente blog parte de la entrevista que desde Expansión y Empleo apareció en las últimas semanas del peculiar 2020. El contenido analiza la conveniencia o no de aguantar hasta el final en un proceso de selección para terminar rechazando la oferta. Esta es la experiencia y opinión de DireACTIVAS.
· ¿Cómo gestionar bien la llamada de un cazatalentos? Un buen cazatalentos es aquel que cuida de tu carrera profesional. Un hecho, éste, que tendrá un impacto relevante en tu mayor o menor desarrollo personal, es por tanto junto con la salud y los afectos la base del crecimiento, éxito y felicidad. Descuidarías la llamada de tu médico o de tu asesor financiero si tiene algo importante que contarte? En determinados niveles, la llamada de un cazatalentos puede cambiar el curso de tu carrera y por lo tanto de la vida. A los profesionales que nos pueden aportar un valor añadido tan relevante hay que tratarles con educación y sobre todo con mucha escucha activa. Es posible que cuando te llama un cazatalentos no te plantees un cambio inicialmente, pero puedes conocer información del mercado y de tu sector. Si es un buen profesional deberá asesorar al candidato respecto a la idoneidad del puesto para su carrera, de la coherencia en lo relativo a su trayectoria y especialmente de si supone una mejora para su empleabilidad. Si el candidato está en un momento de cambio, debe ser honesto y transparente a la hora de contar la experiencia aportada y también los motivos y objetivos de cambio.
· ¿Qué tipo de comportamientos son inadmisibles y dejan fuera del proceso a un candidato en el primer contacto? Falta de ética, manera de relacionarse poco profesional, comportamientos lesivos y/o abusivos. En la primera fase del proceso de selección una desconfianza inicial infundada o negarse a facilitar algún tipo de dato relativo a la trayectoria, motivación de cambio y/o retribución, no excluiría automáticamente, pero dificultaría el avance a una siguiente fase. Tras 22 años reclutando he comprobado que cuando en el primer contacto el candidato dice “estoy a gusto pero siempre estoy buscando”, en más del 50% de las ocasiones en que dicho profesional ha aceptado la oferta, en menos de un año estaba haciendo su reemplazo. En mi experiencia conviene en estos casos fichar sólo si realmente es necesario por una cuestión de oferta y demanda, avisando a la empresa cliente del previsible compromiso “volátil” del del candidato.
· ¿Compensa decir 'no' en la última fase del proceso? ¿Qué riesgos corre el candidato cuando actúa de esta manera? ¿Compensa decir que 'sí' y abandonar el puesto posteriormente? Compensa tener una actitud honesta y sincera con el. Hay motivos coherentes para decir que no en la última fase del proceso. Que no haya feeling con el superior jerárquico, no sentirse cómodo en cultura, valores, o tipo de empresa. Por ejemplo no resultan fáciles los cambios de empresas grandes, multinacionales a pymes con sistemas de gestión, en ocasiones, menos sofisticados y viceversa. Lo que no compensa tanto para la imagen del candidato con el cazatalentos es aguantar hasta el final “voy a seguir en el proceso, no sé sí me cambiaré, si total no pierdo nada” o en el peor de los casos tener premeditado lograr una contraoferta dentro de la propia compañía. Quizá el candidato debería considerar que el headhunter no está para suplir sus posibles carencias a la hora de poner en valor su posicionamiento profesional y/o económico dentro de su organización. O bien que no está en la empresa adecuada. Cuando el candidato acepta una contraoferta de su empresa tiene que considerar porque dicho reconocimiento no ha venido antes. Dicho de otro modo, en qué momento la compañía no lo ha hecho bien, cuándo no le reconoce su trabajo al profesional o cuando se lo reconoce por circunstancias ajenas a su voluntad.
· ¿Cómo tiene que actuar un candidato potencial si estima que no está preparado para dar el salto a otro puesto pero quiere seguir formando parte de la órbita de búsqueda de los cazatalentos? Cuando el candidato tiene dudas acerca de dar el salto, debe comunicarlo al headhunter por dos motivos. El cambio de trabajo es una situación estresante, que se puede canalizar positivamente con una buena gestión y elevada confianza en la comunicación bidireccional. Si se comparten con honestidad las incertidumbres, miedos y preocupaciones, pueden ser despejadas, revertirse la situación y conseguir un cambio de trabajo exitoso; o bien, no avanzar en el proceso sin que se resienta la imagen del candidato precisamente por la honestidad y transparencia en la comunicación. El segundo motivo es por la empresa cliente, no conviene cerrarse puertas y dejar mala imagen de cara a futuras oportunidades.
· ¿Cómo actúa un candidato durante el proceso de selección proporciona más una información más fiable del perfil que las referencias? ¿Qué ha aprendido de su experiencia como cazatalentos? Todo es importante, cada impacto del candidato desde el inicio del primer contacto y hasta el final es parte del proceso de selección. La veracidad de los datos, la coherencia en la trayectoria, en los motivos de cambio, mostrar su estilo y perfil con naturalidad son el 80% de la información que se evalúa. El 20% pueden ser las referencias. Pedir referencias en un trámite complejo, porque la gente suele tener tendencia a darlas buenas por sistema. En mi experiencia en esta etapa del proceso y cuando se piden referencias hay que dar muestras de tener un buen conocimiento del candidato, comentar los puntos fuertes y ejes de mejora del mismo compartir en que tipo de ambiente profesional se va a incorporar el candidato para que los “referenciadores” se pronuncien y no sea un mero trámite.
· ¿Cómo decir 'no' y no morir en el intento? Ningún candidato que rechaza oferta en fase final ha muerto en el intento, pero en algunos casos ha inventado excusas rocambolescas: pérdidas (no reales) de familiares o enfermedades. Hay quien no coge el teléfono, y/o contesta correos y a la vez sube una foto en redes sociales. Y es justo en ese momento donde el cazatalentos tiene que “agradecer” que el candidato haya dicho no, aunque toque empezar el proceso otra vez.
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